lunes, 17 de diciembre de 2012

La Luz




Cuelgas tus pantalones del biombo tras el que dejamos en barbecho el mundo exterior.

Con sus escafandras, sus máscaras de gas, sus picos bursátiles y sus días de humo.

Tomas con calma tu cincel y con dedicación esculpes cada segundo en mi piel. Utilizas un líquido que abrasa, que borra, que limpia y reconstruye. Y las células se abrazan y multiplican con entusiasmo renovado. Sin que yo pueda hacer nada por detenerlas.

Bajo tu foco soy nueva, transparente, todo te lo doy. Sin que yo pueda hacer nada por detenerlo. 

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